Nos cuentan que se hacia como a continuación se describe:
Despues de celebrado el matrimonio y durante el convite cuando la fiesta estaba en su apogeo, era llegao el momento de decir a los invitados que había llegado la hora de dar el regalo a los nuevos esposos, para esto, se sentaban en un lugar indicado los novios y los padrinos, la madrina extendía su mandil, y anunciaban que se iba a bailar "La Daga", la daga, era el regalo o la la dadiva que se daba a los recién casados, de ahí el nombre un tanto peculiar, este baile, se hacía de la siguiente forma.
Una pareja salía a la pista (corro que previamente se había formado). La moza llevaba en la mano un tenedor en el que se pinchaba una fruta del tiempo, que podía ser una manzana, una naranja... y en la que iban insertadas unas monedas como símbolo, ella, sujetando con una mano este presente y con la otra el volante de la falda, bailaba al son de una música característica con unos pasos no muy definidos, pero que coincidan con los compases de la música, el mozo, tenía que seguirlos en todo momento intuyendo cuál era el paso que ella iba a realizar, como es lógico, se creaba una confusión que era aplaudida o abucheada según el mozo adivinara o no los movimientos que la moza iba ejecutando y la siguiera con mayor o menor acierto, al final de la danza, se hacía entrega a la madrina del regalo, que podía ser en dinero o en especies.
Una vez más la música y el baile sirven para celebrar un acontecimiento, o para completar una celebración.
La música de esta danza que no tiene letra, se tocaba con los instrumentos que hubiera en cada momento, acordeón, flauta... es muy pegadiza y repetitiva, con un ritmo de Vals, que cuando se terminaba de bailar para dar el regalo a los novios podía servir para continuar el baile todos los invitados.
Enterados de que había un baile que se bailaba en las bodas en Cordobilla de Lácara, nos trasladamos hasta el pueblecito, donde con contactos previos, establecieron relación con las personas que aún recordaban algo. Fueron varias y diferentes las personas que gustosamente aportaron algo de lo que recordaban, lógicamente, se fueron a los mayores, ellos fueron contando como se llegaba a realizar todo esto y también cuales eran los pasos de la danza, o al menos los más curiosos.
La música se la enseñó un señor que había pertenecido a una pequeña orquesta del pueblo y la tocaba con un saxofón que todavía poseía.
La ejecución, por parte del Grupo de Coros y Danzas de esta Asociación Folklórica y cultural, es siempre recibida con entusiasmo, ya que al igual que en las bodas, todos los que la presencian, animan al mozo a seguir los pasos de la moza, o se ríen y lo abuchean cuando no es capaz de sincronizar su baile con el de ella.
*La chica que aparece en la foto ¡soy yo!

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